Hoy siento que no tengo nada que contar. Nada que opinar, nada que relatar. Hoy soy vacío y contemplo el vacío. Regreso a la palabra una y otra vez: Sunyata, vacío. En las tradiciones budistas y hinduistas no hay diferencia entre la plenitud y el vacío. La luna llena es una hoja en blanco. Completo, redondo, lleno de luz y vacío de palabras. Creo que vale la pena darse una pausa y contemplar el vacío, todas esas cosas que no son, que no llegaron a ser. Sólo al permitirnos a bajar el ritmo podemos tener momentos para estar en el vacío. Hacer nada. Darnos cuenta. Contemplar.
Contemplar la vacía plenitud, la plena vacuidad.
Hoy te toco, vacío.
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