El caminar invita a una sensación de libertad, poder andar donde tus pies te lleven, es una alegría y una bendición. Este año estoy caminando mucho, y se convierte en una meditación en movimiento, en el que voy soltando, me vacío por dentro, y me dejo atravesar por el viento, por el sol, por la lluvia.
El caminar por estas tierras donde nací, es una experiencia especial. No nací tan al norte como estoy ahora, pero los bosques, las plantas en los bosques, las flores, los árboles son los mismos que veía donde yo crecí.
Siempre estuve viajando buscando mis raíces, pero noto que no hay nostalgia en mi andar ahora. No hay frustración ninguna en no sentirme en casa en según qué sitios, o en sentirme en casa en muchos otros… Y eso para mi es una liberación. Liberación de la culpa por haberme marchado, liberación de la búsqueda constante… No es que no siga buscando, que sí, pero noto que es una andar mucho más tranquilo que antes. Miro las grandes extensiones de tierra, de bosque, de montaña… Y me siento Libre. Cuánto más me vacío, más me acerco al silencio, y más siento otro pulso dentro de mi. Otro pulso más lúcido, más ligero. No soy solo yo, no estoy sola. Spanda, el latir del universo, me acompaña, caminamos juntos.
El Bowspring invita a siempre estar en ese pulso, dejarse latir, y dejar que ese latir se exprese. No es un movimiento mecánico porque sí, si no un pulso que nace desde dentro, la fascia abraza e integra, los huesos empujan, desde dentro hacía fuera. El ser danza con el abrazo, con los saltos de alegría. Esa comunicación entre integración y expansión, crea un pulso continuo, que acompaña a la respiración, al latir del corazón, y al pulso del universo, el que que crea y sostiene todo.
Todo es movimiento; crear – sostener – disolver… Vacío, Libertad…
Cata sigue con las clases los domingos, cerca de Zhero Beach. También ofrece clases entre semana en Palma.
Un abrazo y buena semana!
Mia