(verano 2017)
Cada domingo durante muchos años os he enviado un mail, hablando de algo que para mi ha sido o está siendo importante, algo que tengo ganas de compartir, algo que creo que pueda ser útil para l@s que me lean. Muchas veces no sé qué escribir, y salgo a caminar y me vienen los temas, las ideas, y una vez me siento delante del ordenador no tengo que pensar mucho. Hay algo bonito en esa constancia, en esa rutina, independientemente de la estación del año, del tiempo, de las ganas o el humor, cada domingo os escribo.
La semana pasada no hubo email, salté un domingo…
Puede ser que a veces sea bueno salir de la rutina. Las vacaciones nos invitan a eso, romper con lo que hacemos cada día o cada semana, dormir hasta más tarde, ver otras cosas, no hacer lo de siempre. Si siempre tuviesemos vacaciones, seguro que no las apreciaríamos tanto. Sin vivir los opuestos muchas veces no sabremos apreciar la realidad. Percibimos la realidad en opuestos: día-noche, alegría-tristeza, amor-miedo. La palabra Hatha de Hatha Yoga, significa unir los dos opuestos, la fuerza masculina (el sol) Ha con la fuerza femenina (la luna) Tha. Y a través de la práctica vemos que los opuestos solo son dos caras de la misma moneda. Uno no podría existir sin el otro, se complementan. Más allá de los opuestos llegamos a Samadhi, la unión con lo divino. Más allá de lo que podemos entender con la mente lógica o con el cuerpo físico, hay un lugar, un campo de consciencia, donde se fusionan el Yang y Yin, Shiva y Shakti, Ha y Tha. Estos momentos de fusión no son exclusivos para los yoguis o los espirituales muy evolucionados, habrá momentos para cada uno de nosotros, cuando sentimos esa fusión, cuando no existen las fronteras o los límites. Cuando sentimos una union con algo mas grande, y los opuestos pierden su importancia.
En el norte de Suecia en verano, la noche casi no existe. El concepto día y noche, de repente no es tan real… Alguien habrá experimentado en un estado de meditación o relajación profunda, que los límites entre los opuestos se borran, encuentras un estado en el cual las cosas cambian de apariencia, el valor y el sentido cambian…
Pero en la realidad tal y como la vivimos en la tierra y en el día a día, normalmente, seguimos entendiendo el mundo y la realidad con- y a través los opuestos. Y nos ayudan muchas veces a apreciar aquello que no vemos, aquello que se vuelve tan costumbre que no le damos valor. Como mi rutina de escribir un email cada domingo. Cuando me di cuenta de que se me había pasado, que había saltado la rutina, supe de qué hablar en este mail:)
Aquí llueve y hace fresquito, vivir un verano en las montañas hace que aprecie mis tierras aún más, porque normalmente tengo lo contrario a esto, y a la vez, me hace apreciar aún más la luz y la energía de la isla donde sé que volveré.
Sé que el calor en la isla está siendo muy fuerte este verano, así que os mando lluvia fresca y mucho cariño desde un lugar muy diferente a la isla mediterránea.
Un abrazo y buena semana
Mia